Crédito: Emery Smith (Universidad de Stanford)
Mide apenas quince centímetros, una longitud parecida a un billete de dólar, pero su extraña apariencia cautivó la atención de numerosas personas desde que Ata, una momia con forma alienígena, fuese hallada en pleno desierto de Atacama. Desde 2003, cuando el chileno Óscar Muñoz encontró su esqueleto envuelto en las proximidades de una iglesia, aquellos que habían visto sus restos no se ponían de acuerdo sobre si se trataba de un bebé prematuro o un primate desconocido hasta la fecha. Algunos, incluso, como el ufólogo español Ramón Navia-Osorio, defendían que en realidad era una criatura alienígena.
El empresario barcelonés, que adquirió el esqueleto a otro comerciante de la región americana, sostenía en numerosas entrevistas que Ata no era un ser humano con malformaciones, sino un extraterrestre. Unas afirmaciones apoyadas por los aficionados a supercherías como la existencia de los platillos volantes, que aseguraban que estábamos ante un nuevo fenómeno paranormal pese a la evidencia científica que, desde 2013, ya apuntaba que Ata pertenecía a la especie humana. Un nuevo estudio, publicado hoy en la revista Genome Research, explora las causas de la extraña apariencia de la momia de Atacama, confirmando de nuevo que los restos son de Homo sapiens.
Además de su corta estatura, Ata contaba con un menor número de costillas de lo esperado, un cráneo alargado y una edad ósea más avanzada de lo normal. Según los primeros análisis de ADN realizados, el espécimen tendría una edad ósea de entre 6 y 8 años en el momento de su fallecimiento, es decir, sus huesos parecían más viejos de lo que en realidad eran. La secuenciación del genoma arroja datos mucho más reveladores sobre el falso alienígena del desierto. Los investigadores han descubierto que Ata fue una hembra de Homo sapiens, nacida probablemente en el territorio chileno, que presentaba 7 mutaciones en el ADN, anteriormente relacionadas con una baja estatura, anomalías en las costillas, malformaciones craneales, fusión de articulaciones y displasia, una condición que altera el desarrollo general del esqueleto.
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